Un propietario que posee un terreno que incluye una orilla de un río, podrá hacer uso del agua para necesidades tales como beber, proporcionar agua para animales, bañarse, pescar o regar jardines. Estos se tendrían en cuenta como usos domésticos comunes, los cuales están permitidos por la ley, sin embargo, es posible que los derechos ribereños no permitan que el agua sea bombeada o extraída del río para ser usada en con fines diferentes a los estipulados por la ley.