En esta modalidad se permite descender con un peso diferente al del ascenso. Es posible dejar en el fondo un total de treinta kilos, para conseguir realizar un descenso más rápido y una subida a superficie más fácil, aunque siempre con la única ayuda de las aletas. Aquí cobra una especial importancia la adaptación al medio y a la profundidad, que constituye el principal problema a batir.